martes, 9 de marzo de 2010

Cap. #2 Hospital.

Regresé a mi misma y respiré como si me hubiera estado ahogando y abrí mis ojos, buscando sus manos, ya que no las sentí sobre las mías.

No hallé exactamente lo que buscaba, pero si lo necesario para distraerme.  Mi papá estaba recostado en mis piernas llorando, nunca lo había visto así.  Nunca lo había visto llorar. 

-Papá, no debes llorar, todo será mejor ahora- le prometí.

-¿Gaby?- me dijo mi papá sorprendido y levantó la cara.  Estaba rojo como un tomate, sus ojos azules, ahora los tenía rojos de tanto que había llorado.

-¿Papá?- le dije y volvió mi llanto.

-Hija, no debes de llorar- y corrió a abrazarme.  Estuvimos llorando un buen rato y en eso llegó el doctor sin darse cuenta de mi presencia.

-Gabriela Mireles, fecha de fallecimiento: 11 de marzo del 2010.  Hora de fallecimiento: 11:50 pm.  Hora en que se registró la muerte: 12:47 am- dijo el doctor entonces entendí todo.  Mi papá estaba llorando porque pensó que había muerto.  De hecho, yo también lo pensé.

-Doctor, creo que hubo un error- le dijo mi papá

-¿Un error? ¿en que? ¿en la fecha? no señor, esque su hija murió hace 1 hora, osea en el día de ayer- y entonces el doctor apartó la vista de sus hojas y volteó a ver a mi papá.  Al verme, dio un pequeño brinco de susto y se puso a ver para todos lados.

-No doctor, el error esta, como bien puede ver, en que mi hija no falleció- le dijo mi papá.

-Esto debe de ser un error.  Si un gran error.- dijo el doctor y me tocó como si su mano fuera a traspasar mi cuerpo- Su hija no puede seguir viva, es  I M P O S I B L E- dijo el doctor mirandome como si de un momento a otro fuera a morirme.

-"Nunca diga imposible"- dijo mi papá sabiamente.  El doctor se extrañó y volteó a ver a mi papá.

-Señor, se dice, "Nunca digas nunca", ahora, ¿te puedes parar?- dijo dirigiendose a mi.
-No lo se- le dije y trate de hacerlo en un intento fallido.  Me dolía  T O D O  el cuerpo.  Me pusé a gritar como loca y me volví a recostar en la cama.

-Creo que no.  De por sí, ya es un milagro que sigas viva, peor sería para mí y para la ciencia que no te doliera nada- me dijo negando con la cabeza.

-Pues mejor sería para mí y para mi hija irnos de este hospital, porque al parecer, el doctor está loco- dijo mi papá imitando al doctor.

-Disculpe señor, pero dudo que su hija pueda salir de aqui sin volver a fallecer, esta en condiciones muy graves- dijo el doctor viendo el monitor.

-Sí, tiene razón doctor, disculpe.  Esta en condiciones tan graves que ni siquiera puede abrir los ojos- dicho esto volteó y me guió un ojo.

-No hay problema señor.  Ahora niña, será mejor que descanses porque aquí estaras un buen rato- dijo el doctor.

-Si, señor- dije y me acomodé mejor en la cama, pero eso fue un gran error, ya que todo me volvió a doler.

-Ay hija, no sabes lo preocupado que me tenías- dijo papá triste después de un momento.

-Papá, ¿que fue lo que me pasó?- le pregunté ya que no recordaba nada.

-¿No te acuerdas?, todo fue muy feo.  Lo que pasó es que ibas saliendo de la escuela con...-

-Cuando dije descansar, significa dormir, no quedarse platicando- nos interrumpió el doctor que no había salido.  Mi papá se enfurruño y se sentó en un sofa que estaba al lado de mi camilla.  De pronto, se puso a buscar algo en su maletín y de el, sacó un cuaderno y una pluma.  Se puso a escribir y yo ya no le presté atención, de seguro estaba haciendo algo del trabajo para distraerse.  Pero de pronto, me toco el hombro y me dio el cuaderno para que lo leyera.

"Hija, lo que pasó fue que ibas saliendo de la escuela con tus amigos y..."

-Bien, como al parecer no se quiere dar cuenta de que lo que su hija necesita es dormir, se acabó la hora de las visitas. Ahora, afuera- le dijo el doctor a mi papá y le hizo con las manos como si estuviera sacando a un perrito- y tu... me das ese cuaderno- me dijo.

-No, porfavor, solo dejeme terminar de leer lo que dice y ya- le dije suplicando.

-Al parecer quieres volver a fallecer ¿cierto?-

-Por supuesto que no- le dije ofendida.

-Pues si no duermes, puedes volver a decaer, y puedes volver a morir- en cuanto dijo eso, le dí el cuaderno y cerré los ojos, no quería volver a ese lugar otra vez.

No hay comentarios: